Creemos muy oportuno realizar este artículo por la relevancia que le acontece estos días y puesto que el virus SARS-CoV-2 (COVID-19) o más comúnmente conocido como “coronavirus” también afecta a personas con diabetes y de hecho la infección puede cursar con una mayor gravedad.
Empecemos por un breve resumen sobre este ya más que famoso virus. El COVID-19 es un nuevo coronavirus con un primer brote a finales de 2019 originado en la provincia de Wuhan (China) que, en ocasiones y en determinados pacientes, puede llegar a ser potencialmente grave. Hay muchos coronavirus, que van desde virus que produce el resfriado común hasta virus mucho más graves, como el Síndrome Respiratorio Agudo Severo (SARS) y el Síndrome Respiratorio del Medio Oriente (MERS). Se llaman así por sus puntas en forma de corona que recubren su superficie y son un tipo de virus que se han transmitido desde diferentes especies de animales a personas a lo largo de la historia. En casos severos, los coronavirus pueden causar infección en los pulmones (neumonía), insuficiencia renal o incluso la muerte. En la actualidad no hay vacuna contra el COVID-19 pero ya se están desarrollando tratamientos dirigidos para los casos de infecciones graves.
Como ya habréis oído en los medios de comunicación los signos comunes son síntomas típicos similares a los de la gripe: fiebre, tos seca, sensación de falta de aire (disnea), cansancio y dolores musculares. Los síntomas generalmente comienzan dentro de los 3 a 7 días posteriores a la exposición al virus (pero en algunos casos el periodo de incubación es más largo y pueden tardar hasta 14 días en aparecer, de allí que sea el periodo recomendado de aislamiento en casos de sospecha). Para muchos (más del 70% de los casos), la infección por COVID-19 es leve, con síntomas mínimos similares a los de un refriado o a los de la gripe común. Incluso alrededor del 10% de pacientes permanecen totalmente asintomáticos (este porcentaje podría ser incluso mayor, pues el hecho de que haya pacientes asintomáticos probablemente dificulta su detección).
Cualquier persona que se exponga al virus está a riesgo de contraerlo, no importa la procedencia, la edad ni el sexo. Sin embargo, las personas de edad avanzada y con condiciones médicas preexistentes, entre ellas la diabetes, pueden ser más vulnerables a enfermarse gravemente con el coronavirus. Las personas con diabetes que se infectan con el COVID-19 son más vulnerables a complicaciones durante la infección debido a las fluctuaciones que sufre la glucosa en sangre y dado que el virus parece prosperar mejor en un entorno de glucosa elevada en sangre (hiperglucemia). Esto es sobre todo aplicable a pacientes ancianos con diabetes y a pacientes con diabetes de larga evolución y con un mal control metabólico.
Tras leer las recomendaciones de la sociedad española de diabetes (SED) y la organización mundial de la salud (OMS) he elaborado una serie de puntos clave que resumo a continuación:
- Prevenir la infección: ¿Qué puedo hacer para evitar el COVID-19?
Lavarse las manos adecuadamente, sobre todo al volver a casa y antes de cualquier comida o a la hora de manipular alimentos.
Evitar tocarse la cara (ojos, nariz y boca) con las manos.
Limpiar y desinfectar objetos cotidianos que se toquen con frecuencia (teléfono móvil, ordenador, reloj de mano, llaves, billetero, etc)
No compartir toallas, vasos, cubiertos, etc. con otras personas
Evitar el contacto directo con cualquier persona que presente síntomas respiratorios.
Si ya tienes síntomas parecidos a la gripe, llamar a los teléfonos habilitados para tal fin desde cada departamento de salud y esperar a recibir normas de actuación.
- Monitorización:
En caso de presentar síntomas respiratorios hay que prestar especial atención a tu control de la glucosa. En el caso de tratarse de pacientes diabéticos tipo 1 o diabéticos tipo 2 que estén recibiendo tratamiento con insulina hay que aumentar la frecuencia de controles de glucemia capilar. Mientras no te encuentres bien es también recomendable monitorizar tu temperatura corporal con un termómetro para controlar si haces fiebre y cómo evoluciona ésta.
- Requerimientos de insulina:
Tras el confinamiento al que estamos sometidos inevitablemente estaremos variando en mayor o menor medida nuestra actividad diaria. Ten en cuenta que si tu actividad diaria se reduce (sobre todo si no puedes practicar ejercicio) probablemente necesites una mayor cantidad de insulina para controlar tu diabetes.
Por otro lado, cualquier proceso infeccioso, y el COVID-19 no será diferente, representa un estrés sobre el organismo y con ello un aumento de hormonas con efecto contrainsular (contrario al de la insulina) favoreciendo, de esa forma, la hiperglucemia. Es por tanto habitual que los requerimientos insulínicos aumenten mientras dure esa situación de estrés sobre el organismo. Además, durante una infección el control de la diabetes sea más lábil con una mayor fluctuación de la glicemia y que por tanto se aumente también el riesgo de sufrir hipoglucemias.
- Suministros y medicación:
Asegúrate de tener un buen suministro tanto de la medicación que uses para tu diabetes como de los utensilios necesarios para la medición de glucosa. Por nada del mundo debes abandonar es tratamiento de tu diabetes pese a la situación que estamos viviendo. Desde el sistema sanitario se están poniendo facilidades para ampliar la duración de las recetas electrónicas para ayudar así la recogida de medicación en las farmacias, puedes llamar a tu ambulatorio y te informarán al respecto.
Piensa también en tener en casa todo lo que necesitarías en caso que tuvieras que ponerte en cuarentena durante algunas semanas. No obstante, pido tranquilidad porque desde el gobierno y el sistema sanitario siempre se velará para que los medicamentos no falten en las farmacias (para la diabetes y para cualquier otra patología). De hecho, la mayoría de farmacéuticas que comercializan insulinas o dispositivos para el tratamiento de la diabetes han realizado comunicados al respecto asegurando su abastecimiento.
- Atención urgente:
En términos generales, cuando una persona con diabetes se enferma, el manejo de su diabetes suele dificultarse. Si notamos síntomas respiratorios hay que tratar de mantenerse bien hidratado, alimentado y revisar más frecuentemente lo niveles de glucosa en sangre. Todo lo anterior es muy importante. Además, en caso de que dispongas de un medidor de cetonemia es muy útil medir tus niveles de cetonas cuando presentes una hiperglucemia de forma mantenida. Identifica síntomas tales como diarrea, fiebre elevada, vómitos o intolerancia alimentaria pues pueden ser señales de una descompensación aguda de tu diabetes y por tanto de la necesidad de acudir al hospital para una atención médica inmediata. Para todo lo demás evita en lo posible tener que acudir a hospitales si no es estrictamente necesario para así no exponerte al contagio y para no colapsar el sistema sanitario. Intenta hacer todos los trámites y consultas médicas que puedas por vía telemática con tu médico.
- Sentido común:
Probablemente el punto más importante de todos. Recuerda no perder el control de la situación, mantener la calma y seguir las recomendaciones de las autoridades sanitarias y de tu equipo de salud (médico/a, educador/a), ¡superaremos esta crisis si nos mantenemos unidos y trabajamos en equipo!
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